Minería y cárcel: Bukele impulsa el extractivismo y criminaliza la resistencia

El debate minero retrocedió siete años en El Salvador, luego que el presidente Bukele mostrara intenciones de revertir la ley que prohíbe la minería metálica. En el mismo contexto, los defensores de Santa Marta denuncían la politización del caso legal en contra de los cinco defensores antimineros.


Saúl Rivas llega a la conferencia de prensa en San Salvador, donde un ecosistema salvadoreño de organizaciones ambientalistas y de derechos humanos se pronuncian en contra de la resolución de la Cámara de la Segunda Sección del Centro de Cojutepeque que anuló el fallo absolutorio y ordenó repetir el juicio en contra de los cinco líderes antimineros de Santa Marta en otro tribunal. Rivas es uno de los cinco ambientalistas acusados de delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra ocurridos durante el conflicto armado salvadoreño.

De frente a los medios de comunicación, Rivas se ubica en la primera fila junto a mujeres y hombres voceros de las organizaciones presentes. Cuando llega su turno, empieza diciendo que el fallo de la cámara es “político y no jurídico”. En su discurso pone el foco en que el caso busca “neutralizar la organización comunitaria”. Porque está sustentado sobre un hecho que “no existe… Lo tomaron para criminalizar a la gente de la comunidad y que no sigan denunciando”, asegura. 

Desde 2017, en El Salvador está prohibida la minería metálica. Eso es gracias a la lucha social de ambientalistas, que incluso perdieron la vida en el camino. A finales de 2024, la vigencia de la Ley de Prohibición de la Minería Metálica tambalea en la gestión inconstitucional de Nayib Bukele como presidente.

En una serie de publicaciones en la red social X, este 27 de noviembre, Bukele despeja los rumores — que se movieron durante toda su primera gestión — sobre el retorno de la minería metálica al país más pequeño de la región centroamericana. 

“Dios colocó un gigantesco tesoro bajo nuestros pies”, así empezó Bukele su hilo en X. La controversial publicación se dio seis horas después de la conferencia en la que participó Rivas y más de una decena de organizaciones.

Saúl Rivas en la conferencia de prensa del 27 de noviembre se sentó en primera fila para denunciar un caso político.

El hilo que despertó al oro 

Las publicaciones de la cuenta del presidente Bukele en X no sorprendieron a las organizaciones ambientalistas que reaccionaron de inmediato ante la alerta de minería en El Salvador.  

Pedro Cabeza, representante de la Alianza Centroamericana Frente a la Minería (Acafremin), dijo a MalaYerba que el mensaje de Bukele confirma los señalamientos de las organizaciones sociales sobre la reactivación de la minería metálica. Y que para tal fin, dice, la criminalización de los cinco defensores antimineros es parte del acondicionamiento del gobierno. 

“La minería metálica no es viable en el país por las vulnerabilidades ambientales: somos un país pequeño, somos vulnerables al cambio climático, con más del noventa por ciento de las aguas contaminadas y menos reserva forestal. La industria minera es agresiva y segunda más contaminante, según la agencia ambiental de Estados Unidos”, añadió Cabezas.

En su hilo, Bukele asegura que El Salvador es parte del Anillo de Oro del Pacífico. Y que tiene “potencialmente los depósitos de oro con mayor densidad por kilómetro cuadrado en el mundo”, con capacidad para superar los 3 billones de dólares, “más del 8,800 % de nuestro Producto Interno Bruto”, argumentando desde la general frase “estudios realizados”.

Esta no es la primera vez que Bukele habla de estudios sobre el oro y otros minerales en tierra salvadoreña. El 15 de noviembre, el presidente platicó con Matthew Siguel, jefe de Investigación de Activos Digitales de la firma VandEck: una empresa gestora de inversiones internacionales y oro, de capital estadounidense.

Una gestora de inversiones se encarga de administrar y asesorar en el manejo de inversiones en mercados internacionales y en activos relacionados al oro y otros metales y minerales. 

Hasta el 30 de septiembre de 2024, los activos bajo gestión de VandEck alcanzaban los 118,300 billones de dólares; de los cuales 24.3 billones eran exclusivos sobre oro y otros metales preciosos. 

Derivado de la plática con Bukele, Siguel publicó un artículo cuyo titular traducido dice: Cómo El Salvador se convirtió en la historia de resurgimiento de América Latina. En el documento, Siguel asegura que el presidente le “expresó su intención de revertir esta ley”, refiriéndose a la ley que prohíbe la minería metálica. 

En la entrevista, Bukele habría invitado a los geólogos de VanEck a investigar los yacimientos salvadoreños, “lo que demuestra la voluntad de su administración de colaborar con expertos mundiales en descubrir este recurso”, escribió Siguel. 

La minería metálica no le dejará réditos al país, ni en infraestructura ni empleos, tal como lo aseguró el presidente Bukele, dijo a MalaYerba Amalia López, ecofeminista de la Alianza Contra la Privatización del Agua. En esta maldición de los recursos naturales, “no es el bienestar de las familias salvadoreñas y no es el trabajo lo que le preocupa al presidente; sino que está viendo los signos de dólares, bitcoin o cualquier moneda con la que se pretende pagar la venta de los medios ambientales”, criticó la ecofeminista.

Para Carlos Flores, del Foro del Agua, el presidente está alejado de la realidad del país. El activista recordó los conflictos sociales provocado por los proyectos mineros en El Salvador: asesinatos de ambientalistas por oponerse a proyectos mineros en Cabañas y la contaminación del río San Sebastián, en la Unión. 

“Parece que el presidente no conoce la realidad de El Salvador, de Centroamérica ni de Latinoamérica. Venir a decir que la minería es desarrollo, y que hay minería responsable, es como que vengan (en la actualidad) los españoles a cambiarnos espejos por oro”, criticó.

Los distritos de oro de Bukele:

📌Chalatenango: El Zapotal y Potonico.

📌 Cabañas: Santa Rita, Calera y El Dorado.

📌 Santa Ana: Cerro Colorado.

📌San Salvador: Paisnal.

📌 Morazán: Guapinol.

📌 San Miguel: Potosí, Hormiguero y Montecristo.

📌 La Unión: San Sebastián, El Gigante, Santa Clara.

El investigador de agua y minería, Andrés McKinley, piensa que el tema debe analizarse desde una perspectiva de costo-beneficio. Aseguró, además, que la industria minera deja beneficios a corto plazo, dependiendo del valor del oro, y la mayoría de las ganancias quedan en manos de los empresarios y accionistas. Sin embargo, pocos recursos económicos quedan para programas sociales, como es el caso de Guatemala, ejemplifica.

Añadió que los costos de la industria minera en El Salvador serían a largo plazo, tanto en el medio ambiente como en el agua. “En un país en crisis de agua, la minería metálica es el peor enemigo y amenaza para el agua. Hay que tomar en cuenta ese costo”, afirmó McKinley,      

También, señala, la minería tiende a generar mayor corrupción, violencia, represión y pobreza. “Yo he visto comunidades en el mundo que viven a la par de una minera y viven en absoluta pobreza por falta de suelo y agua”, dijo.

Todo este debate se da en el contexto del régimen de excepción que mantiene el gobierno para silenciar voces disidentes. Y con un Ejecutivo sucumbido ante la empresa privada, que ha vuelto al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en una gestora de permisos ambientales, sin presupuesto para realizar el cierre técnico de 15 minas abandonadas en Morazán, San Miguel y La Unión.