María Caal Xol: “El Estado de Guatemala se ha apoderado de nuestros territorios”

La defensora ambiental q’eqchi habló con la MalaYerba sobre las dificultades de las comunidades indígenas en Guatemala.


María Caal Xol es una mujer indígena, profesora bilingüe y defensora del medio ambiente. Su activismo se ha centrado en torno a la defensa del río Cahabón, uno de los más extensos ríos guatemaltecos que recorre la parte norte del país centroamericano y que en los últimos años ha sido intervenido por un complejo proyecto de la hidroeléctrica Renacer, propiedad de Florentino Pérez, el presidente del Real Madrid.

El proyecto fue iniciado sin el consentimiento de la comunidad q’eqchi, pese a que Guatemala ha ratificado el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que establece la consulta previa, pública e informada cuando se pretenden realizar proyectos en territorios indígenas.

En noviembre de 2018, el hermano mayor de María, Bernardo Caal, otro defensor del río y a quien la comunidad lo eligió como vocero en su lucha por evitar el desarrollo de la hidroeléctrica, fue condenado a siete años de prisión.

Desde la prisión, Bernardo envía cartas a su familia y ésta las difunde a través de la cuenta de Twitter @BernardoCaal2, que muestra la fotografía de Bernardo esposado y su presentación: “Soy Bernardo Caal Xol, maya q’eqchi. Estoy sentenciado a 7 años y 4 meses de prisión por delitos que me fabricaron por defender el #RíoCahabón en Guatemala”.

Además, la cuenta Twitter le sirve a la familia Caal para visibilizar los problemas ambientales en Guatemala y la región, y las constantes amenazas a las que se enfrentan los defensores ambientales.

María fue invitada al Encuentro Regional de Defensores en Contra de la Minería, realizado en Tocoa, Honduras, a finales de octubre de este año. En el encuentro se habló, entre otros casos de ataques a defensores, sobre el proceso penal contra ocho defensores ambientales del río hondureño Guapinol. Ellos, como su hermano, están detenidos por haberse opuesto a los trabajos de una mina de óxido de hierro en el municipio de Tocoa, en el departamento de Colón. Llevan más de dos años en prisión y en diciembre enfrentan juicio. En esa ocasión, María les visitó en el Centro Penal de Olanchito, en el municipio de Yoro.

La MalaYerba publica una entrevista que le realizó a la activista mientras ella hacía un recorrido por Tocoa y Trujillo.

¿Cómo relacionas la defensa ambiental con tus creencias y las creencias de tu comunidad? Mucho, porque, desde la cosmovisión maya, nuestros ancestros hacían sus reuniones, se reunían para cualquier peligro. Entonces esto es una herencia. En nuestra comunidad q’eqchi la mayoría de la región utiliza tres piedras donde juntamos el sagrado fuego. Las tres piedras tienen comunicación para sostener la olla para cocinar o donde se coloca el comal, y desde esos ejemplos tomamos nosotros que las piedras tienen que estar a su nivel. Yo me represento con eso también, porque no quisiera que ninguna de las compañeras mujeres se quede atrás, quiero que todas vayamos caminando en la defensa del territorio, porque somos mujeres y somos las que vemos la necesidad en nuestro sagrado hogar. Y somos nosotras las que utilizamos mucho el agua, somos nosotras las que madrugamos para abastecer agua, para hacer la comida, para preparar cualquier tipo de alimentos. Por eso es esta lucha colectiva que tenemos como pueblos originarios q’eqchi.

¿Qué te lleva a involucrarte en la defensa ambiental?
Es que a nadie le gustaría que llegue una persona a tu casa y sin pedirte permiso te abra la puerta y entre a robar el agua que tienes en la pila, que viene del chorro, eso a nadie le gustaría. Es eso lo que nos hacen las empresas transnacionales: llegan a nuestro hogar sin informar, sin consultar, como establece el Convenio 169 de la OIT. Esa es nuestra inconformidad. Y el agua es muy sagrada para nosotros, el agua es muy sagrada. Nos lo han enseñado en nuestra familia, en el hogar y, no digamos, nuestros abuelos.

A través de la comunidad, de hacer fuerza. Una sola persona no puede hacer posible las cosas, porque necesita fuerza, energías. Y sí, lo han demostrado las compañeras mujeres, hombres, niños, en el territorio q’eqchi, que han estado ahí, enfrente de la lucha, haciendo foros, manifestaciones pacíficas en las diferentes calles, instituciones, exigiendo justicia para que liberen nuestro río. Y como yo soy maestra (maestra de idiomas no ejerciendo), uno tiene que tomar ese papel tan importante de defender a nuestro medio ambiente. A veces en las escuelas nos enseñan otros tipos de conocimientos extranjeros, por ejemplo, nuestro idioma materno es el idioma q’eqchi y no es posible que el sistema educativo nos involucre a aprender idiomas extranjeros como el inglés. En la niñez dejan esos cursos, no es posible. En ninguno de los estándares educativos para Guatemala nos indican que tenemos que cuidar lo que tenemos alrededor, conocer lo que tenemos en nuestro pueblo, en nuestro territorio. Por eso uno tiene que enfrentar ese tipo de situaciones.

¿Es difícil ser mujer indígena y líder ambiental?
La verdad es que, como mujer q’eqchi, los criollos o los ladinos -no todos, sino que algunos- siempre nos marginan. Ellos piensan que nosotros como mujeres del área rural, como mujeres indígenas, no somos posibles, no tenemos esa capacidad de realizar cualquier actividad. Siempre el machismo, el patriarcado, en contra de nosotras las mujeres. No es fácil que te den esa confianza, no es fácil que te deleguen para presentar a tu pueblo, para representar a tu país y también agradezco estos espacios de los compañeros de los diferentes territorios, que hayan depositado su confianza en mi persona por haberme invitado para estar en estos eventos, a estas actividades, para visibilizar esta lucha que tenemos en cada territorio. Como mujeres, la verdad es que sufrimos, hemos sido marginadas, pero eso no significa que nosotras nos quedemos con la boca marginada, que nos quedemos con las manos atadas, todo lo contrario, debemos de alzar la voz. Sabemos que alzar la voz no es ningún delito, debemos de enfrentar este sistema que nos tiene arrodillados históricamente en cada territorio, porque no es desde ahorita esta lucha que llevamos, sino que es una lucha de más de 500 años. El Estado de Guatemala se ha apoderado de nuestros territorios, de nuestros ríos, de nuestros bosques, de todo.

¿Qué es el río Cahabón para ustedes?
Esos dos ríos, río Cahabón y Oxec (otro río intervenido por la hidroeléctrica) son muy sagrados para nosotros. El río Cahabón tiene su historia a nivel nacional e internacional, también es reconocido porque está en nuestro sagrado Popol Vuh, que menciona que Hunahpú e Ixbalanqué (dioses gemelos) jugaron ahí en esos tiempos. Y nuestro río Oxec, en nuestro idioma materno, significa tres veces sagrado. Es lo que nos han enseñado nuestros abuelos: que en cada actividad que nosotros hacemos, tenemos que estar en abstinencia y eso nos representa y significa mucho.

Hablemos de tu hermano Bernardo, ¿cómo es la comunicación que tienen con él? En redes sociales su caso se ha conocido bastante por las cartas que salen del penal.
Como familia, ¿qué nos queda? Resistir, enfrentar ese sistema de justicia que lamentablemente lo estamos viviendo en carne propia. Con mi familia siempre nos turnamos para ir a visitarlo a la prisión, porque sabemos que él no ha cometido ningún delito. Él, por defender al pueblo, por defender los derechos de los pueblos q’eqchi, es que está encarcelado. Como hermanos nos hemos organizado para venir a visitarle y también nos sentimos muy orgulloso de él, que ha sido tanto papá y hermano para nosotros. Somos seis hermanos. Lamentablemente, cuando tenía tres años falleció mi papá, entonces yo lo respeto, lo admiro, lo aprecio mucho a él y también su lucha. Él ha sido un hombre, un hermano, un padre para el pueblo q’eqchi. Ha sido muy valiente al enfrentar a ese sistema de justicia. Las empresas, el Estado de Guatemala, pensaron que encarcelándolo a él no iba a continuar con su lucha y, todo lo contrario. Desde las cuatro paredes de la prisión, él sigue enviando sus cartas a las redes sociales, y también, pedimos para que sean visibles esas cartas que él envía. No es fácil que esas cartas lleguen a las redes, pero eso nos motiva a que él siga resistiendo desde la prisión. Sigue sacrificando su vida. Él fue sentenciado a 7 años y cuatro meses de prisión. Ahorita tiene más de tres años de estar encarcelado.

¿Por qué crees que el Estado de Guatemala no anula el proceso judicial de tu hermano?
Sabemos que el sistema de Guatemala se ha cooptado por la corrupción. Es una alianza con las grandes empresas que operan en los diferentes departamentos del país.

¿Cómo ha enfrentado la familia el encarcelamiento de tu hermano?
Internamente sabemos que él no es un delincuente, él está por la dignidad del pueblo q’eqchi, por la dignidad de que él lo nombran en una Asamblea para que sea el portavoz del pueblo q’eqchi. Y él exigió esos derechos que tenemos como pueblo q’eqchi, de ser consultados por las empresas hidroeléctricas, pero lamentablemente no fue así y ahora enfrenta el sistema de justicia. Él tiene también dos hijas y tiene esposa. Las niñas tienen que enfrentar esta situación difícil, de crecer sin el abrazo del papá en la mañana. Es difícil, pero no es que él no esté cumpliendo con ese papel, sino que, todo lo contrario, por el sistema que tenemos en cada territorio, en el país de Guatemala, es que él está así, pero él desde la cárcel también les envía cartas a sus hijas. Antes de la pandemia las niñas llegaban a verlo, pero hoy la comunicación es solo a través de cartas. Ellas se sienten orgullosas de su papá.

Tuviste la oportunidad de conocer a siete de los ocho defensores criminalizados del río Guapinol, ¿cuál fue tu mensaje para ellos?
Venimos a solidarizarnos, porque el mismo sistema que opera en Guatemala, funciona también en Honduras. La verdad es que es muy lamentable todo lo que tenemos que enfrentar por defender el territorio. Sabemos que el que alza la voz, el que defiende su tierra, su comunidad, la vida, el río, el territorio, la madre naturaleza, corre peligro. Ellos tienen que salir de la cárcel algún día que se hará justicia y van a salir con la dignidad de su pueblo, con la dignidad de sus comunidades. Sabemos que ellos no han cometido ningún delito.